Año: 2024 , Número: | |
Tabla de contenidos |
LA ESCUELA VACIADA corre el sino de su mundo, el rural. La población urbana se extiende a costa de la rural. Una tendencia acelerada de tan solo los últimos años, fue en el 2007, anteayer, cuando la población de las ciudades superó a la de los pueblos a nivel mundial. En este país lleva ya algún tiempo más y hace que nuestros pueblos se vacíen con tan solo el 16% de la población. Pero que no nos equivoquen los números, lo urbano no es ni solución, ni mejor, ni único.
La escuela rural es y puede ser una escuela fantástica. Si alguien quiere compararla con la urbana verá una escuela con mejor intercomunicación entre maestro y familias, mayor seguimiento del aprendizaje del chico, fuertes relaciones interpersonales, más cooperación, respeto, participación, tolerancia, solidaridad, trabajo en equipo, mejor adaptación y personalización de la enseñanza, mejor atención al alumno con dificultades, facilidad para relacionar los contenidos con el entorno, mayor autonomía en el trabajo del alumno… ¿basta o seguimos? Obviamente tiene dificultades específicas, relaciones interpersonales a veces escasas, profesorado poco estable... y efectivamente es difícil montar un partido de fútbol en educación física.
La última ley, la LOMLOE (2020), por fin, enumera buena parte de las necesidades de la escuela rural, puede resumirse en basta ya de considerarla como una escuela urbana incompleta, coja, tuerta o manca. Debe ser ya reconocida como un modelo educativo diferenciado. La ratio mínima, la organización en CRAS… son ya un reconocimiento de este modelo rural. ¿Otro curriculum? ¿cuerpo de profesorado cerrado que evite tanto cambio anual en la plantilla? ¿aulas abiertas sino con niños, si con educación de adultos?... por campo abierto que no sea.
En este sentido, en la formación inicial de los maestros debe tratarse la escuela rural y sus diversas características. Porque el futuro de ambos, de la escuela y del medio rural, es interdependiente y está íntimamente ligado al desarrollo de cada uno en un proyecto global que los integre. No han de ir por separado. Lo cual requiere la implicación no sólo de la totalidad de la comunidad escolar, sino de las instituciones públicas y privadas, políticas y sociales, y de la ciudadanía en general, pues sólo así la escuela podrá abrirse a la vida, que ésta penetre en las aulas, y colabore en el desarrollo económico y cultural del medio rural.
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios