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Año: 2017 , Número: |
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Barbiana desde Salamanca está mucho más cerca y se ve muy bien. Los 50 años transcurridos desde la muerte de don Milani (26 de junio del 67) y desde la publicación de Carta a una maestra (pocas semanas antes), son 46 vistos desde Salamanca; intensos y nacidos en la Carta y en otros escritos milanianos. Era 1971 cuando empezaron junto al Tormes la Casa-escuela Santiago Uno y una asociación espontánea de maestras y maestros, de estudiantes de Magisterio, de seminaristas escolapios, de gente de todo tipo y edad no sólo salmantinos, que pronto sería el MEM, o Grupo Milani español. Todos quedamos cautivados por aquella escuelilla de la sierra toscana, que era la diminuta parroquia, convertida en escuela, de un cura incómodo desterrado por sus obispos. Como ahora dice el Papa Francisco, dispuesto – contra todo pronóstico – a visitar Barbiana el 20 de junio, nos llegaba la Buena Noticia (también a España) desde la periferia, desde el destierro y el monte.
Y al monte nos echamos algunos, hace ya 46 años, no en plan de huída, sino de misión pedagógica (como las de antaño) y a favor de los últimos que, sin duda alguna, serán los primeros. ¡Qué pobres las palabras si se necesitan para contar milagros! Porque fueron aquellos escolares de Barbiana, los que escribieron con el cura una Carta a la “profesora hueso” de magisterio que los suspendió…, fueron ellos nuestros maestros de iniciación, a 1.800 Km de distancia entre Salamanca y Florencia. Ellos eran “hermanos de toda el África, el Asia, la América Latina…” y nos iniciaron en todos los sures del mundo que juzgan ya a este Norte rico, con sus leyes de educación y todo, con sus pedagogías universitarias adosadas al desarrollismo, que es la fábrica la pobreza mundial.
Dos jornadas del último abril (28 y 29) fueron nuestra celebración salmantina en honor de la Carta de Barbiana. A la Casa-escuela Santiago Uno acudieron más de cien amigos. Uno de ellos, Francesco Gesualdi, vivió con Milani desde niño y, otro, Miquel Martí, le visitó allí arriba un par de veces y le consultó su futuro: “si ya hubieras optado por los ricos, te mandaría monte abajo” cuenta que le dijo. Pero este Encuentro ha tenido, además, la fortuna de contar con dos estrenos “mundiales”: un documental audiovisivo – Barbiana desde Salamanca – con la historia de una maestra y de un maestro que, con la Carta, salvaron su profesión; y, además, una pieza teatral, casi un musical rapero – I Care, juicio a la escuela – con la proclama de textos de Barbiana a cargo de las chicas y chicos de la Casa-escuela. Una verdadera fiesta cargada de futuro.
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